Historia de Arucas
En 1479, según el cronista Abreu Galindo, fue el último año de un poblado aborigen situado en Arucas, o como los aborígenes llamaban Arehuc o Arehucas.
Ese
año, el capitán Juan Rejón y sus tropas destruyeron el poblado. Se produjo una
famosa batalla donde Pedro de Vera, sucesor de Juan Rejón, mató al aborigen
Doramas.
A
partir de ahí se introdujo el cultivo de la caña de azúcar, supervisado siempre
por los portugueses. Por lo tanto podemos decir que éstos fueron los primeros
pobladores de la nueva Arucas Hispánica.
En
el siglo XVI, Arucas es considerada “Villa” y se empieza a construir la ermita
de San Juan Bautista, que dio lugar a la Iglesia Parroquial de San Juan
Bautista, lo que erróneamente conocemos como “Catedral de Arucas” en la
actualidad.
En
este siglo, Arucas cobra una importancia económica gracias al cultivo de la
caña de azúcar, compitiendo con la caña de azúcar americana.
En
el siglo XVII la producción de la caña de azúcar en Arucas se ve desbancada por
la producida en américa y comienza un declive económico importante que lleva
consigo la emigración canaria hacia el continente americano.
La
nueva “Villa de Arucas” se sostiene gracias al cultivo de la vid, sobreviviendo
a plagas, sequías, inundaciones y una importante tensión social debido a la
falta de alimentos.
En
1813, Arucas cobra un impulso económico y es nombrada “municipio” después de
una larga lucha entre dos bandos locales: Los Matos y don Pedro González
Castellano.
Por
último, el nuevo “Municipio de Arucas” evoluciona construyendo las Casas
Consistoriales, el Mercado y mejorando las vías de comunicación, cuya
recompensa fue el título de “ciudad” concedido por la reina María Cristina en
1894.
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